- El grupo municipal Elkarrekin vuelve a reclamar un cambio de normativa fiscal para eliminar ese privilegio del que se beneficia la Iglesia en inmuebles fuera del ámbito religioso con actividad económica, amparándose en el Concordato entre España y la Santa Sede
- “Las actividades empresariales de la Iglesia tienen que tributar, como tributa cualquier persona o empresa. Debemos avanzar en la equidad y la justicia fiscal. Volveremos a insistir en ello llevando el asunto a la próxima comisión de Hacienda”, declara el portavoz, Óscar Fernández
Según los datos recabados por Elkarrekin, en los cuatro años de esta legislatura la Iglesia ha dejado de abonar 2.173.804,92 euros (IBI: 1.401.275,29 € ; ICIO: 317.468,01€ ; Plusvalía: 455.061,62€ ) en impuestos municipales gracias a las exenciones fiscales.
Amparándose en el Concordato entre España y la Santa Sede, la Iglesia católica sigue manteniendo ese privilegio respecto a aquellos inmuebles fuera del ámbito religioso con actividad económica, una concesión a la institución católica que tiene importantes consecuencias para la institución local ya que le hace perder a las arcas municipales vía impuestos esa elevada cantidad.
Para tratar de revertir esta situación perjudicial para el Ayuntamiento y por ende para la ciudadanía de Gasteiz, el portavoz de Elkarrekin, Óscar Fernández, solicitará en la próxima Comisión de Hacienda que el Gobierno municipal reclame a la Diputación Foral de Álava un cambio en la normativa fiscal de manera que la Iglesia deje de tener exenciones fiscales en los inmuebles donde se desarrolla actividad económica. Según una sentencia del 2017 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Sentencia del TJUE de 27 de junio de 2017 (As. C-74/2016), en estos casos, esas condonaciones pueden constituir “ayudas prohibidas”.
“Es incomprensible que determinados colectivos como la Iglesia Católica sigan gozando de esas prebendas y más en estos momentos de crisis económica global que castigan a toda la ciudadanía. Las actividades empresariales de la Iglesia tienen que tributar, como tributa cualquier persona o empresa. Debemos trabajar en la equidad y la justicia fiscal”, ha declarado Óscar Fernández.
- El grupo municipal vuelve a reclamar un cambio de normativa fiscal para eliminar ese privilegio del que se beneficia la Iglesia en inmuebles fuera del ámbito religioso con actividad económica, amparándose en el Concordato entre España y la Santa Sede
- “Las actividades empresariales de la Iglesia tienen que tributar, como tributa cualquier persona o empresa. Debemos avanzar en la equidad y la justicia fiscal. Volveremos a insistir en ello llevando el asunto a la próxima comisión de Hacienda”, declara el portavoz, Óscar Fernández
Según los datos recabados por Elkarrekin, en los cuatro años de esta legislatura la Iglesia ha dejado de abonar 2.173.804,92 euros (IBI: 1.401.275,29 € ; ICIO: 317.468,01€ ; Plusvalía: 455.061,62€ ) en impuestos municipales gracias a las exenciones fiscales.
Amparándose en el Concordato entre España y la Santa Sede, la Iglesia católica sigue manteniendo ese privilegio respecto a aquellos inmuebles fuera del ámbito religioso con actividad económica, una concesión a la institución católica que tiene importantes consecuencias para la institución local ya que le hace perder a las arcas municipales vía impuestos esa elevada cantidad.
Para tratar de revertir esta situación perjudicial para el Ayuntamiento y por ende para la ciudadanía de Gasteiz, el portavoz de Elkarrekin, Óscar Fernández, solicitará en la próxima Comisión de Hacienda que el Gobierno municipal reclame a la Diputación Foral de Álava un cambio en la normativa fiscal de manera que la Iglesia deje de tener exenciones fiscales en los inmuebles donde se desarrolla actividad económica. Según una sentencia del 2017 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Sentencia del TJUE de 27 de junio de 2017 (As. C-74/2016), en estos casos, esas condonaciones pueden constituir “ayudas prohibidas”.
“Es incomprensible que determinados colectivos como la Iglesia Católica sigan gozando de esas prebendas y más en estos momentos de crisis económica global que castigan a toda la ciudadanía. Las actividades empresariales de la Iglesia tienen que tributar, como tributa cualquier persona o empresa. Debemos trabajar en la equidad y la justicia fiscal”, ha declarado Óscar Fernández.