- Mientras el problema de la ocupación de los bidegorris persiste, el número de sanciones interpuestas en 2022 -229 en total- lejos de aumentar, ha disminuido respecto al año anterior y se sitúa muy por debajo de las 386 multas registradas durante el 2019
- “Los carriles bici contrasentido siguen siendo utilizados diariamente por los conductores para detener sus vehículos particulares o como zona de carga y descarga por los repartidores, poniendo en grave riesgo a ciclistas. ¿El Gobierno sólo tomará medidas más firmes cuando ocurra alguna desgracia?” censura el portavoz de Elkarrekin, Óscar Fernández
El portavoz del grupo municipal Elkarrekin (Podemos- IU- Berdeak EQUO), Óscar Fernández, considera que la laxitud con la se ejerce la vigilancia de la ocupación de los carriles bici por parte de vehículos motorizados va a acabar perpetuando un problema que pone diariamente en grave peligro a las personas que se desplazan en bicicleta por la ciudad.
Y esa permisividad que reprocha Elkarrekin al Gobierno municipal se demuestra en el número de sanciones interpuestas. Mientras la invasión de los bidegorris persiste, el número de sanciones interpuestas en 2022 -229 en total- lejos de aumentar, ha disminuido algo respecto al año anterior, el 2021 -con un total de 232 sanciones- y se sitúa muy por debajo de las 386 multas registradas durante el 2019.
Óscar Fernández, que trasladará este problema a la próxima Comisión de Movilidad, reclama reforzar la vigilancia y que la Policía local actúe ante estas infracciones de forma firme y contundente, porque la seguridad de las y los ciclistas está en juego. “Los carriles bici contrasentido siguen siendo utilizados diariamente por los conductores para detener sus vehículos particulares o como zona de carga y descarga por los repartidores, poniendo en grave riesgos a ciclistas. ¿El Gobierno sólo tomará medidas más firmes cuando ocurra alguna desgracia?” ha censurado el portavoz de Elkarrekin, Óscar Fernández.
“Nadie entendería que los coches estacionaran en los carriles contrarios de circulación con esta ligereza y despreocupación si por ellos se desplazasen otros vehículos motorizados. Sería impensable y absolutamente inadmisible que estas escenas se repitieran a diario si se tratase de coches invadiendo carriles ajenos. ¿Por qué cuando son las bicicletas las perjudicadas no se actúa igual?”, ha concluido Fernández.