Hemos trasladado al grupo de residuos que está elaborando el borrador del nuevo Plan de Residuos 2017-2030 la propuesta de cerrar el vertedero de Gardelegui y la restauración ambiental de esta zona para el año 2025. Consideramos que se deben seguir los pasos de otros países europeos como Alemania y seguir una política de residuos que evite el depósito en macro-vertederos.
El objetivo de la gestión de residuos, marcado por la Unión europea, debe ser el Residuo Cero mediante la implementación de una economía circular que cierre los ciclos de producción. Es la única manera de pasar de un sistema insostenible como el actual donde se toman recursos y se devuelven al medio en forma de residuos que se perpetúan hacia un sistema que asuma que el medio es finito.
Hemos denunciado en numerosas ocasiones que las tasas de reciclaje y de reducción de residuos están estancadas, especialmente en Vitoria-Gasteiz, y que aún están muy lejos de llegar a los niveles que exigen la Unión Europea (un 50% para 2020 y un 65% para 2030, en la actualidad el municipio de Vitoria-Gasteiz presenta una tasa de separación de residuos de alrededor del 25%). Estos datos demuestran que el sistema actual no sirve para avanzar hacia el Residuo Cero y, por tanto, es hora de hacer una reflexión profunda e implementar métodos que permitan avanzar hacia ese objetivo, como ya están haciendo otras muchas ciudades del mundo.
Una ciudad como San Francisco (California), con 840.000 habitantes, logra reciclar el 75% de sus residuos, demostrando que si hay voluntad política y se quiere, el tamaño no importa y se puede realizar una correcta gestión de nuestros residuos. Debemos pensar en impulsar la sustitución progresiva de los sistemas “no personalizados” de recogida (contenedores abiertos y bolsas anónimas) por “sistemas personalizados”, que permitan medir la cantidad de residuo generado por cada persona. Esto permitiría establecer medidas económicas, con las que está demostrado se obtienen mejores resultados frente a sistemas que dependen exclusivamente de la concienciación y la voluntad de las personas. Entre ellas, bonificaciones para quienes generen menos residuo que una cantidad previamente establecida, pagos por devolución de envases vacíos para su nueva puesta en circulación o tasas variables para que cada persona abone una tasa proporcional a la cantidad de basura que genera, o lo que es igual, en función del uso que haga del “servicio de recogida y tratamiento de residuos”, tal y como sucede con el agua y la electricidad.
Con adecuados sistemas de recogida selectiva es posible llegar a tasas del 85-90%, con un 10-15% de fracción resto que se podría depositar en pequeños vertederos de inertes convenientemente habilitados.
En cuanto a la REDUCCIÓN y la REUTILIZACIÓN, las grandes olvidadas en la gestión de los residuos, proponemos las siguientes medidas: sistema RETORNA de envases, ecodiseño para fabricar productos 100% reciclables, políticas de reducción de envases y embalajes en origen (productores), prohibición del uso de bolsas de plástico, apoyo a negocios de reparación y tiendas de segunda mano, campañas de concienciación ciudadana (consumidores), apoyo y promoción de los productos locales, de temporada y de cercanía, y fomento de la compra a granel.