EQUO Euskadi denuncia la deriva de la política energética del Gobierno, permitiendo la reapertura de Garoña y el uso de arenas bituminosas en Petronor

Tras la petición de Endesa e Iberdrola de prolongar la vida de la central nuclear de Garoña hasta 2031, y el anuncio de que el cargamento de arenas bituminosas que desembarca este jueves en Bilbao tiene como destino la refinería de Petronor en Muskiz, EQUO quiere denunciar la clara apuesta del actual Gobierno hacia el reforzamiento del actual modelo energético, contaminante y altamente dependiente del exterior, en detrimento de las fuentes renovables. Ambas noticias evidencian un servilismo político hacia un oligopolio que especula con un bien básico como es la energía, anteponiendo los intereses económicos de una minoría frente a los intereses generales de la ciudadanía.

EQUO opina que es necesario apostar por un nuevo modelo energético, basado en el ahorro y la eficiencia energética y en las energías renovables distribuidas, limpias y autónomas, y que esté en manos de la ciudadanía. Además EQUO advierte de que usará su recién conseguida representación en el Parlamento Europeo para conseguir estos objetivos. Sólo de esta forma se podrá mitigar el avance del cambio climático y reducir la dependencia energética del exterior. En esta línea, EQUO quiere reiterar su invitación a la ciudadanía a contratar la electricidad con una cooperativa de electricidad renovable, para dar respuesta a la posible reapertura de Garoña y a la nefasta política energética continuista del gobierno.

Además, tal y como proponía en su programa a las elecciones europeas, EQUO apuesta también por un replanteamiento del modelo de movilidad actual que potencie el transporte público y compartido, lo que nos permitirá reducir también el consumo de hidrocarburos en el transporte, minimizando la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y mitigando, por tanto, los efectos del cambio climático.

Por último EQUO anuncia que va a seguir atentamente la evolución de ambas noticias y que usará todas las herramientas que están en su mano para detener la deriva de la política energética del gobierno, tanto desde las instituciones, con su recién elegida representación en el Parlamento Europeo, como en la calle con los movimientos ciudadanos.