La Asociación para un Trato Ético a los Animales presentó en julio de 2012 una denuncia contra la carrera de burros del día de Santiago, sin respuesta por parte del Ayuntamiento. ATEA basó su denuncia en un informe emitido por el prestigioso veterinario Enrique Zaldívar, en el que daba fe del sufrimiento psicológico (angustia) de los burros en una carrera urbana. El Síndico, tras avalar esta denuncia, ha solicitado al Ayuntamiento que no autorice este festejo organizado por Blusas y Neskas. La respuesta del alcalde es que el Consistorio se mantendrá al margen de la polémica.
El partido ecologista quiere recordarle al alcalde de Vitoria, Javier Maroto, que en lo relativo a la legalidad vigente, “los Ayuntamientos instruirán los expedientes sancionadores y los elevarán a la autoridad administrativa competente para su resolución en los casos que corresponda”. Por lo tanto su postura, ante la denuncia interpuesta por la Asociación ATEA, a lo “ Poncio Pilato” no tiene cabida siendo la máxima autoridad política de la administración municipal.
La representante de EQUO Euskadi Ana Moreno considera que la Ley 6/93 de Protección de los Animales es clara y establece en el Articulo 4.2 qué, “queda prohibido maltratar a los animales o someterlos a cualquier práctica que les pueda producir sufrimientos o daños y angustia injustificados”. El mismo artículo dice también, “queda prohibido imponerles la realización de comportamientos y actitudes ajenas e impropias de su condición o que impliquen trato vejatorio”. Por lo que si persiste la Comisión de Blusas y Neskas en llevar a cabo su “taza y media” y programar dos carreras de burros en vez de una, nos veremos obligados a presentar dos denuncias en vez de una.
No es cuestión de calibrar el “tamaño” de maltrato que sufren estos animales, comparándolo con otro tipo de festejos, el maltrato animal no debe estar calibrado sino erradicado. Máxime cuando este tipo de espectáculo está promovido por instituciones públicas. En la exposición de motivos de la Ley 6/93 establece qué, la presente ley persigue aumentar la sensibilidad ya existente en nuestra sociedad, mediante el establecimiento de las bases para una educación que promueva la adopción de comportamientos más humanitarios y propios de una sociedad moderna.
Difícilmente podremos educar y aumentar la sensibilidad hacia el sufrimiento animal si seguimos anclado en actitudes, por parte de las instituciones públicas, que conlleven sufrimiento en los animales, comportamientos impropios a su especie o la cosificación de estos.
Foto: Shaury (Flickr)