EQUO exige que se acelere el desmantelamiento de Garoña una vez conocido que podría comenzar en el segundo semestre de 2019

  • La formación verde tilda de oscurantista la actuación de Nuclenor que ha enviado información sobre el plan a los ayuntamientos de la zona sin compartirla con los grupos políticos pendientes del proceso
  • Tampoco ha trascendido nada en absoluto sobre la gestión de residuos peligrosos de la planta, una de las urgencias a resolver dado el riesgo potencial de contaminación

EQUO reclama la agilización del desmantelamiento de Garoña una vez conocido que comenzará en el segundo semestre de 2019, según las informaciones desveladas por los ayuntamientos de la zona. Concretamente desde la alcaldía del Valle de Tobalina se ha difundido que Nuclenor ultima la redacción del plan y confía que en los primeros meses de 2019 pueda recibir los vistos buenos preceptivos, entre ellos los del Consejo de Seguridad Nuclear y la Empresa Nacional de Residuos (ENRESA). Así consta en la comunicación que la propia empresa propietaria de la planta ha hecho llegar a los municipios afectados.

Para la formación ecologista los períodos estimados para dar inicio al proceso de desmantelamiento se alargarán aún más, habida cuenta de que ni el CSN, ni ENRESA conocen ni han estudiado ni valorado el contenido del plan aún en redacción. Por este motivo considera que no debe prolongarse más en el tiempo el comienzo de las fases de desmantelamiento. “Un año después del anuncio del cierre de la central aún está el proyecto de desmantelamiento sin acabar de redactar. No se puede demorar más. Sabemos que son procesos que llevan su tiempo, exigen un trabajo concienzudo que garantice por encima de todo la seguridad, pero al mismo tiempo es necesario que se aborden en unos plazos admisibles”, ha remarcado el coportavoz de EQUO, Juantxo López de Uralde.

En este sentido desde el partido verde se censura el oscurantismo con el que Nuclenor está actuando, tras avanzar la información a los ayuntamientos afectados pero sin compartirla con los grupos políticos pendientes del proceso.

Tampoco ha trascendido nada en absoluto sobre la gestión de residuos peligrosos de la planta, una de las urgencias a resolver dado el riesgo potencial de contaminación del agua, el suelo y la atmósfera. En este punto, López de Uralde recuerda que falta de fondos para emprender los cierres de las nucleares es uno de los principales problemas que debe abordar el Gobierno una vez que se ha asegurado que no se alargará su vida útil. “Se ha querido convencer a la sociedad desde diversos sectores de que las nucleares son baratas, pero no es cierto. El alto coste del desmantelamiento es otra deuda más que nos deja la industria nuclear. En Garoña se estima en 350 millones de € y en las siete centrales pendientes de cierre, 13. 000 millones, a lo que se ha de sumar el coste de la gestión de los residuos que es incalculable. Y en los presupuestos generales del Estado no hay ninguna partida consignada para este fin.”

El informe de la Comisión de Energía del Congreso relativo a estos procesos ya incide en la necesidad de impulsar las modificaciones legislativas necesarias para establecer un sistema de financiación de proyectos de desmantelamientos que contemple, entre otras medidas, una correcta estimación de costes.

Por otra parte el coportavoz de EQUO ha vuelto a reclamar a las administraciones competentes la implicación en el proceso y el apoyo a las y los trabajadores que se verán afectados por el desmantelamiento así como a la comarca afectada por el mismo. En ese sentido desde EQUO ya se pidió el análisis del  Plan de Dinamización del área de influencia de la central propuesto desde los grupos locales tras la solicitud de 14 municipios, entre ellos los alaveses de Lantarón y Valdegovía.