El partido político EQUO Euskadi rechaza los Presupuestos Generales de Euskadi, porque no ayudan a mejorar las economías familiares y no sirven para cambiar un modelo productivo que es la causa de la actual crisis económica, social y ecológica. EQUO Euskadi solicita un cambio radical del sistema económico vigente, que se oriente hacia un modelo más democrático, equitativo, solidario y ecológico.
EQUO Euskadi considera que los Presupuestos Generales aprobados hoy por el Parlamento Vasco están basados en una visión simplista sobre la situación económica del país. El Gobierno Vasco liga las perspectivas de crecimiento del PIB (0,9%) con la recuperación de la economía, pero la supuesta mejora de los resultados empresariales y de las cifras macroeconómicas no van a redundar en un aumento del empleo (caerá otro 0,5%), no van a aliviar la situación financiera real de las familias (15 desahucios al día en 2013) y tampoco están destinadas a reducir las crecientes bolsas de pobreza y exclusión social (157.000 personas en riesgo de pobreza, más de 33.000 en edad infantil).
De hecho, las únicas partidas de los presupuestos que crecen con fuerza son las destinadas a amortizar la deuda pública (un 6,2%), dos puntos por encima del incremento de la recaudación fiscal (un 4,2%). Esto significa que el Gobierno va a entregar más dinero a los acreedores financieros, a costa del gasto social. Por si esto fuera poco, el grueso de la inversión pública irá destinada a la construcción de infraestructuras innecesarias como el Tren de Alta Velocidad (más de 350 MM €), en detrimento de otros sectores con un enorme potencial de generación de empleo verde, como las energías renovables, el transporte público sostenible, la rehabilitación de edificios, la pesca sostenible o la agricultura ecológica.
Por último EQUO Euskadi recuerda que la crisis no es sólo financiera, sino también ecológica, política y social, y que no habrá salida mientras no se aborde un cambio radical del sistema socioeconómico que la ha causado. En este sentido es imprescindible construir un nuevo modelo basado en la democracia participativa, en la solidaridad social y en una economía más ecológica, que permita satisfacer las necesidades básicas de las personas por encima de las demandas del capital y de los mercados.