EQUO Euskadi cuestiona la utilidad del Pacto entre PNV y PSE “para conseguir una Euskadi más moderna, solidaria, sostenible y competitiva” de cara a solucionar los retos reales de la sociedad vasca. La formación política ecologista considera que todo pacto de Gobierno que se produzca en Euskadi debería de cumplir dos premisas indiscutibles: por un lado, estar encaminado a sacarnos de la crisis ecológica, económica y social en la que estamos inmersas y, por otro lado, debería de ir acompañado del mayor apoyo político y social posibles.
EQUO Euskadi percibe las serias dificultades que se está encontrando el PNV para gobernar en minoría , y aprecia la necesidad de protagonismo que busca el PSE desde que pasó de ser la primera fuerza política en el Palamento Vasco, a ser la tercera, además de la necesidad que tiene el PSOE de aumentar su visibilidad en cualquier ámbito y territorio, dados los malos resultados que le auguran las encuestas electorales.
Por estas razones, EQUO Euskadi valora que este pacto solamente responde a intereses partidistas y no busca una solución real a los problemas que agobian a la ciudadanía vasca. Esos intereses partidistas se reflejan en un acuerdo sin propuestas concretas y que solamente es capaz de esbozar generalidades, una actitud que EQUO considera una tomadura de pelo a una ciudadanía que necesita políticas concretas y decididas que luchen contra el desempleo y la extensión de la pobreza en la sociedad vasca.
Una vez analizado el acuerdo presentado por PNV y PSE, EQUO Euskadi valora positivamente que se haga mención expresa a dos conceptos que cree imprescindible que vayan de la mano: creación de empleo y sostenibilidad. Sin embargo, la formación considera que el modelo que se quiere fomentar en este acuerdo es el mismo modelo de desarrollo de siempre, un modelo que EQUO Euskadi estima como el peor de los caminos, el que peores resultados nos traerá a Largo Plazo, el que peor herencia dejará a nuestras generaciones futuras.
Desde la formación ecologista quieren recordar que el Empleo Verde, si fuera acompañado de las políticas correctas, generaría en Euskadi como mínimo 45.000 puestos de trabajo: 15.000 en rehabilitación de vivienda, 13.800 en Gestión de recursos naturales (agricultura ecológica, relocalización de la producción agroganadera, gestión forestal sostenible y pesca sostenible), 11.000 en energías renovables, 2.700 en gestión ambiental (modernización de abastecimiento de aguas, depuración de aguas residuales, renovación de redes de distribución de agua, recogida selectiva en RSU, ecodiseño,…) y 2.500 en movilidad sostenible.
En cuanto a la sostenibilidad, EQUO Euskadi exige a ambas formaciones que dejen de contaminar este término. Estan hartas de oír esta palabra en boca de los que apuestan por el mismo modelo productivo desigual e insostenible de siempre. No es de recibo hablar por un lado de sostenibilidad mientras que por otro lado se siguen fomentando grandes infraestructuras o apostando por modelos energéticos insostenibles, con graves e irreversibles impactos medioambientales. Sirvan como ejemplo, ente otros, el TAV, el puerto exterior de Pasaia, el dique y puerto deportivo de Mutriku o la técnica del Fracking. Mientras que a nuestro alrededor, Cantabria, Nafarroa, La Rioja y no pocos municipios de Burgos ya se han declarado territorios libres de Fracking, en Euskadi aún no se ha dado este paso, ya que las peticiones realizadas en este sentido por EH Bildu y por las plataformas ciudadanas anti-fracking, a las cuales se suman desde EQUO Euskadi, han sido tumbadas una y otra vez por el resto de formaciones políticas, con PNV y PSE a la cabeza. Nuestros valles ya no soportan más obras y túneles. Menos aún prospecciones gasísticas. Se precisa de un plan de actuación por la recuperación del medio y el paisaje. De lo contrario, los idílicos valles euskaldunes quedarán solo en las postales.
En cuanto a la solidaridad, en EQUO Euskadi tienen claro lo que implica este concepto, que no es otra cosa sino gobernar en función de las necesidades y prioridades de la ciudadanía, hecho que los partidos firmantes han demostrado no saber hacer cuando han tenido la posibilidad de gobernar. La solidaridad real implica realizar políticas para lograr una redistribución de la riqueza y un reparto del trabajo, exigiendo anteponer las políticas sociales (empleo, medioambientales, vivienda, educación…) frente a otro tipo de políticas.