Como apoyo manifiesto a esta reivindicación, el pasado fin de semana un miembro de EQUO acompañó al pastor Jesús Etxezarreta con su rebaño de 500 ovejas de la raza autóctona Latxa, bien adaptadas al clima y al territorio, en su camino hacia los pastos de altura de verano. También compartieron marcha un grupo de familiares, personas interesadas y los incansables perros Lista, Brin y Txiki, imprescindibles para llevar a buen término esta tarea que se repite cada año en primavera, aunque debido al mal tiempo, este año el traslado del rebaño a los pastos montanos ha tenido que realizarse algo más tarde.
Desde Segura, en el corazón Gipuzkoa y siguiendo un camino que puede tener miles de años, fueron hasta las praderas de Urbia, dentro del Parque Natural de Aitzkorri-Aratz en terrenos de la Parzonería General de Gipuzkoa y Álava. Y allí, permanecerán las ovejas hasta la caída de las primeras nieves.
Desde tiempos inmemoriales, como así lo atestiguan los túmulos y dólmenes todavía presentes, este tipo de actividad pastoril tuvo una singular importancia en el desarrollo y la organización de los territorios. Muchas de las familias que hoy se dedican y mantienen esta actividad de los pastos de montaña de Aitzkorri-Aratz, y también de Aralar, de Gorbeia y de otros montes vascos, son seguramente los sucesores directos de aquellos primeros pastores del Neolítico que subían desde el valle con sus rebaños.
EQUO Euskadi considera que el mantenimiento del sistema del pastoreo de montaña es un modelo ejemplar de aprovechamiento de los recursos naturales y un agente ecológico de primer orden, además de preservar vivo este ancestral patrimonio cultural. Y por ello, reclama un mayor apoyo social e institucional a este sector pastoril que, necesariamente adaptado a las nuevas formas de vida, hace posible la conservación de las grandes extensiones de pastos de montaña con los beneficios ecológicos, sociales y culturales que ello entraña. La existencia de la Artzain Eskola de Arantzazu es un elemento esperanzador.
Como valor añadido, la buena gestión de los pastos de montaña, el arreglo de las fuentes, el amojonamiento y la recuperación de los antiguos caminos y de otros elementos del patrimonio cultural pueden contribuir a la creación de nuevos empleos y a revitalizar el mundo rural.
Texto: José Ramón Hidalgo / Pilar Barraqueta
Imágenes: José Andrés Martín